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Presidente de la CEC

Llega a ser presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz en el peor momento económico que se recuerda, sin embargo, muchos ven en usted el inicio de una nueva etapa, ¿Cuál es su propuesta de valor? ¿Qué objetivos tiene?

Efectivamente, el momento es muy complicado y voy a centrar mis esfuerzos en la razón de ser de la CEC: las empresas. Mi objetivo es hacer todo lo posible para mejorar su situación y para ello he ofrecido nuestra colaboración a los agentes sociales y a los partidos políticos, para que busquemos puntos de encuentro que permitan alcanzar la recuperación económica. En este sentido, desde la CEC defenderemos con ahínco los intereses de las empresas y trataremos de ofrecerles servicios altamente competitivos.  La cohesión territorial es otro de los grandes retos: trabajar por la unidad de la provincia. Y, como ya he mencionado, me gustaría trabajar para cambiar la imagen que se tiene de la provincia de Cádiz, que empecemos a centrar la atención en los muchos activos que tiene y desterremos los tópicos que lastran nuestro desarrollo. Me gustaría lograr que se ponga el acento en ese otro Cádiz que no se ve, que pasa desapercibido pero que está ahí, existe y hay que empezar a contarlo.

¿Por qué cree en la necesidad de la unidad?

Está claro que la unión hace la fuerza. Mantenernos unidos ayuda  a la hora de reivindicar las medidas necesarias para que los empresarios puedan mantener sus negocios y que estos sean competitivos. Y la dificultad del momento hace más necesaria que nunca esa unidad.

Según un informe de la Cámara de Comercio y EUSA el 40% de los chicos de entre 16 y 18 años quieren ser funcionarios y menos de un 30% empresarios ¿por qué cree que ocurre esto?

Esto ocurre por la escasez de cultura emprendedora. En nuestro país la figura del empresario no ha estado lo suficientemente valorada. Si echamos la vista atrás vemos que los reconocimientos sociales más importantes han ido a parar a deportistas, literatos, artistas….y en pocas ocasiones a los empresarios. Afortunadamente esto está cambiando, pero todavía tenemos que aprender de la cultura anglosajona la cual no ve el fracaso como un estigma que te acompaña toda la vida, sino muy al contrario, como un aprendizaje vital a la hora de afrontar nuevos proyectos.

¿Qué papel juega actualmente la formación?

Un papel fundamental, estratégico. En la actualidad, el valor que podamos aportar al mercado viene de la mano de la creatividad y del talento. Actualmente, el recurso escaso son las personas formadas en las habilidades necesarias para realizar esas innovaciones. Retener ese talento es uno de los retos del futuro.

¿Qué balance realiza de la gestión de su predecesor, Miguel González Saucedo, teniendo en cuenta sus 12 años en el cargo?

Como dije en mi discurso de toma de posesión, pocas personas han hecho tanto por la integración provincial como Miguel González. Para él ha sido muy importante la unidad territorial y ha trabajado duramente en este objetivo. Los años de su presidencia han coincidido con los de la expansión territorial de la CEC, a través de la cual se ha logrado que los empresarios de las distintas comarcas de la provincia tengan acceso a los servicios de la Confederación. Además, tengo que destacar el talante negociador de Miguel González, su capacidad de diálogo y de alcanzar acuerdos. Y, por supuesto, su enorme categoría humana. Miguel González ha sido vital en mi aprendizaje.

¿Cómo definiría la situación económica actual? ¿Cree que se está viendo la luz al final de túnel? ¿Qué quiere para Cádiz?

Enormemente complicada. Estamos en uno de los momentos más crudos de la crisis y es difícil en estos momentos hacer previsiones optimistas. En cuanto a la provincia, me gustaría que dejara de estar en el vagón de cola, que dejara de sufrir las cifras sangrantes de desempleo y que dejara de ser actualidad por tantas y tantas noticias negativas. Me gustaría que entre todos fuésemos capaces de centrar también la atención en todos los activos de la provincia tales como su enclave estratégico, el peso de las industrias del Campo de Gibraltar y de los puertos de Algeciras y Cádiz, la industria aeronáutica, la energía eléctrica (ya que el 43% de la energía eléctrica de Andalucía se produce en Cádiz), el liderazgo andaluz de la provincia en las exportaciones, el peso del turismo o aquellos productos que, como el vino, el aceite, los quesos o la marroquinería son de gran importancia en la economía gaditana y que traspasan las fronteras de la provincia. Como decía al inicio de esta entrevista, empezar a fijar la atención en ese otro Cádiz, que existe y es real.

¿Qué acciones está realizando el Gobierno que usted está de acuerdo y cuáles no?

Hay acciones positivas como el plan de pago a proveedores, la reforma laboral-aunque se ha llevado a cabo en la peor de las coyunturas- . Aplaudimos la aprobación de la tarifa plana para emprendedores menores de 30 años, pero aún quedan flecos pendientes en la Ley de Emprendedores y es urgente que salga adelante. También consideramos de vital importancia acometer la reforma del sector público.

¿Qué propuestas realizarías para propulsar la economía?

Lo más prioritario en estos momentos es que se abra el grifo del crédito para las empresas. Esa es la medida más apremiante. Y, a partir de ahí, es importante impulsar acciones que ayuden a la creación y al mantenimiento de la actividad empresarial, porque son las auténticas generadoras de empleo. Son muchas las medidas (disminuir la presión fiscal, atajar la economía sumergida, solucionar la morosidad de las administraciones, impulsar las infraestructuras como factor estratégico de desarrollo…) Todas estas medidas están por supuesto recogidas de forma detallada y nos ocupamos de trasladarlas y hacerlas llegar a los responsables políticos, haciéndonos eco de las necesidades de nuestro tejido empresarial. Está claro que sólo con recortes no vamos a salir de esta situación. Seguiremos siendo el altavoz de las empresas gaditanas, las cuales deben saber que ésta es su casa y vamos a trabajar duramente para que la voz de los empresarios sea tenida en cuenta.