Entrevista a Emilio Corbacho
Entrevistas
Presidente de FAEC (Federación de Empresarios de la Construcción de Cádiz)
Los Sectores de la Construcción y de la Promoción Inmobiliaria que son los dos que abarcan esta Federación, a través de las dos Asociaciones que la componen, han sido probablemente los que han soportado en mayor medida la crisis que todos sufrimos desde el Otoño de 2007.
El número de empresas de ambos Sectores desaparecidos en nuestra Comunidad Autónoma, Constructoras y Promotoras, y el número de trabajadores en paro en ambos Sectores es la mejor demostración de lo que afirmamos. Baste decir que en el verano de 2007 trabajadores en alta en la Seguridad Social teníamos quinientos mil en Andalucía en nuestro ámbito y que ahora rondamos los ciento sesenta mil.
La incipiente mejoría económica y un cierto cambio de planteamiento en las Administraciones nos hacen tener un cierto optimismo ante el futuro que tendrá efecto inmediato en la creación de empleo y resurgimiento de las empresas.
¿Qué se necesita para ello?
La Construcción vive de las infraestructuras y del campo de la edificación. Por tanto necesitamos infraestructuras, base de cualquier progreso sectorial y actuaciones en el campo de la vivienda.
Pero hay que matizar: No estamos en época de infraestructuras costosas sino de otras de menor coste (por ejemplo: en el campo de la depuración de aguas) y, sobre todo, lo que es imprescindible, invirtiendo en conservación y mantenimiento de las infraestructuras realizadas en la etapa boyante: si no conservamos nuestras carreteras, por ejemplo, en dos lustros estarán impracticables.
En materia de vivienda se impone la rehabilitación por varias razones: tenemos un parque de viviendas que en número considerable supera los veinticinco años; necesitamos incorporar a esas viviendas construidas las nuevas tecnologías en pro de la eficiencia y el ahorro energético, así como elementos de los que muchas carecieron al construirse: ascensores, accesibilidad para minusválidos,…
Como no se construirán nuevas viviendas y, protegidas, prácticamente ninguna, es necesario reactivar el alquiler donde sea posible con las oportunas ayudas de la Administración y buscando la utilidad del estocaje de las que hoy resultan improductivas.
En estos campos es donde se sitúa y lucha el movimiento asociativo empresarial que, por lo que se refiere a la Construcción y Promoción Inmobiliaria se estructura, desde hace decenios, en la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), en las Federaciones que se corresponden con las Comunidades Autónomas (en Andalucía, la Federación Andaluza de Empresarios de la Construcción -FADECO-) y en las de ámbito provincial (FAEC en Cádiz, que me honro en presidir).
La unidad de estas Entidades es el presupuesto imprescindible para sus logros: hay tantos campos de la Administración a los que acudir que diversificar la tarea con unidad de objetivos es fundamental. Asociativamente, nuestro Sector goza de buena salud e integra en un equilibrio enriquecedor a las grandes, medianas y pequeñas empresas que, aunque a veces puedan tener intereses contrapuestos, las más los tienen comunes y buen ejemplo es el Convenio General del Sector de la Construcción, de vigencia Nacional y ámbito temporal de un lustro, que va ya por su quinta edición.
Chiclana es un municipio que en las últimas décadas ha tenido un crecimiento y una expansión urbanística enormes pero, en no escasa medida, desordenado y con numerosos asentamientos y construcciones ilegales. A ello ha contribuido la problemática suscitada por su planeamiento urbanístico y, más concretamente, por las vicisitudes por las que ha atravesado la elaboración y aprobación de su PGOU, con impugnaciones, suspensiones, anulaciones y otros avatares, todo lo que ha generado inseguridad jurídica y ha permitido la proliferación de esas irregularidades, en parte salvadas por el discutible Decreto aprobado en 2012 por la Junta de Andalucía. La definitiva aprobación del PGOU debe poner fin a esos desmanes.
No obstante, en el documento último elaborado observamos cierta rigidez, incompatibles con la convulsa e incierta situación económica y social actual, que demanda rápida adaptación a las circunstancias sin esperar a dilatadas tramitaciones, debiéndose prever por el contrario, sin necesidad de reforma de los instrumentos de planeamiento, modificaciones de uso o del número de viviendas sin alterar la densidad, incrementos de edificabilidad o cambios de tipología, entre otras medidas, así como recoger sin reservas las medidas y posibilidades introducidas por la Ley 8/2013, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas. Esa flexibilidad debe contemplarse en el PGOU y así lo hemos invocado los empresarios del sector.
He apuntado que la Construcción y la Promoción Inmobiliaria se encaran con cierto optimismo al futuro y he señalado que se justifica el mismo en el cambio que se observa en las Administraciones.
Durante mucho tiempo el mantra de la “burbuja inmobiliaria” fue el elemento clave al que se imputaba la crisis, con carácter unitario, y consecuentemente se demonizaba a las empresas promotoras y constructoras.
La crisis ha tenido muchas causas y es injusto atribuir su razón de ser a un Sector olvidando lo mucho que aportó y sobre todo el tanto de culpa que le corresponde a las distintas Administraciones y a otros Sectores como el Financiero.
Gracias a Dios este planteamiento se ha superado y hoy ya todos asumen el hecho incuestionable que sin la Construcción no se saldrá de la crisis y que ella es elemento fundamental para crear empleo.
Ahora bien, todos debemos aprender de los errores del pasado y de cómo crecer por crecer, con un mercado falseado por los créditos otorgados sin base, no se va a ninguna parte.
Y de aquí surge la sostenibilidad que mira más al futuro que al presente porque desea que lo realizado hoy no sea una carga en el mañana sino que, como se dice ahora, se “progresa adecuadamente”: las claves las hemos apuntado, inversiones razonables, rehabilitaciones y alquiler.
Los programas de la Construcción Sostenible y de la ITI de Cádiz fundamentan ese optimismo con el que nos enfrentamos al futuro.
Emilio Corbacho es gaditano, Licenciado en Derecho y en Ciencias Políticas y Sociología. Coronel Auditor del Cuerpo Jurídico de la Armada, hoy de la Defensa. Secretario General de la Federación Provincial de Empresarios de la Construcción de Cádiz (FAEC), de 1973 a 2015 y desde esa fecha, Presidente de la misma. Secretario General de la Federación Andaluza de Empresarios de la Construcción (FADECO), de 2006 a 2015 y desde esa fecha Vicepresidente de esa Entidad.
Presidente de la Comisión de Prevención de Riesgos Laborales (CPRL) de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) de 2011 a 2014 y desde esa fecha, Presidente del Consejo Empresarial de Infraestructuras, Vivienda y Suelo de la CEA. Presidente del Servicio de Prevención Mancomunado de la Construcción en Andalucía (SPM), desde su creación en 2005. Secretario General de la Fundación Laboral de la Construcción en Andalucía (FLC-A), desde 1994 . Consejero de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) desde 2010 y por último, miembro del Comité Ejecutivo de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC).